LIVE THE LIFE YOU LOVE - Verde que te quiero verde

 
   Cuando puse a germinar las semillas de unos pimientos y unos tomates de la ensalada... No imaginé que acabaría de veras teniendo plantitas en casa.

    Hace dos años y medio mi pareja y yo nos mudamos a un pequeño pisito. Cuando hicimos la visita previa el piso estaba por pintar y el balcón albergaba maceteros y jardineras desérticas varias. Pensé "guay podría poner flores". Al entrar a vivir habían desechado todo y el balcón estaba absolutamente vacío. Compré un romero, un tomillo y pensé que para cocinar estaría bien... Murieron a los dos meses aproximadamente. Al adoptar a nuestra Maya (una preciosa perrita abandonada en la calle con dos mesecillos) descartamos las plantas.

    Y ahora, ya veis, la vida verde... Uno de mis propósitos de año nuevo era comer y comprar con más conciencia. Estoy contenta de haber dejado de usar gel y champú en envases de plástico y pasarme a los sólidos sin residuos, de dejar las esponjas de plástico por la luffa, biodegradable. (De esto hablaré otro día sobre limpieza de hogar y corporal sostenible.) Siento que aún quedan cosas por mejorar, plásticos y alimentos casi siempre van cogidos de la mano así que ahora compramos a granel y en tiendas ecológicas o de proximidad aunque no siempre podemos hacerlo así... Pero vamos por buen camino. 
Me motiva mucho y me da mucha vida tener el balcón verde y es muy emocionante ver como en tu propia tierra, de tus propias manos ha surgido una raíz, se ha hecho brote y se ha convertido en una planta frondosa que encima te va a dar frutos. Obviamente no puedo vivir de mi cosecha porque sólo son dos macetas, es fruto del experimento ocasional pero en vistas del éxito seguramente repitamos el año que viene con mejor planificación. Y flores, quisiera tener flores de colores o plantas de interior que me apaciguen en mi día a día.

    Tener contacto con las plantas, ser parte de su crecimiento me ha ayudado a entender ciclos vitales, necesidades y características únicas... Me ha ayudado a crecer yo misma, siento que me sincronizo con el planeta y su equilibrio cuando estoy cuidando de mi verde jardín. Me ha dado la paz y la paciencia que necesitaba.

    He vuelto a pensar que de verdad uno tiene una energía vital que atrae a su mismo par la positividad o la negatividad y cuando veo las cosas positivas encuentro más soluciones y el día a día es más ameno. 

Comentarios